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El palacio taifal presenta un esquema a base de un gran patio
rectangular, a cielo abierto y con una alberca en su lado sur.
Dos pórticos
laterales con arquerías rodean el espacio, y, al fondo, unas
estancias que en sus orígenes estaban destinadas para uso
ceremonial: un gran salón rectangular
conocido como el «salón del mármoles» y
dos aposentos laterales, que posiblemente tuvieran una función
de alcobas privadas. En este recinto, también se conserva un pequeño
oratorio, de planta octagonal. Todos
estos logros corresponden con las obras realizadas en la segunda
mitad de siglo XI bajo el mandato del rey Abu Yarfar Ah-mad
ibn Hud al-Muqtadir.
Es
un arte sensual, cuando no impregnado de cierto aire teatral,
en el
que importa más la apariencia y el impacto visual, que
su propia realidad constructiva y matérica. El gran salón
abre al pórtico septentrional mediante dos arcos túmidos,
que se trasdosan bellamente en arcos polilobulados, y, en su sector
central, merced a una curiosa combinación de arcos mixtilíneos
entrecruzados a los que se superponen otros de herradura más
sencillos.
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